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La verdad es que no se si debería evitar todas las particiones de palabra.....La cosa es que estas cosas dan más veracidad al caracter manuscrito...

Una PrueBa inteRIOr

"OjOS De cEbra"

Tambien hay merchandising, oiga

Más pruebas

Mucha gente me ha aconsejado que ponga al niño cactus en la portada, así que he hecho algunas pruebas. Estoy de acuerdo en que como ilustración es mucho más impactante o llamativa, pero no se...La verdad es que no me acaba de convencer que aparezca en la portada; lo veo más anecdótico quizás, ya que el protagonista es adolfo, y es su diario.... La ilustración de adolfo escribiendo rodeado de monstruos resume más la esencia del libro.

Podeis seguir opinando; estoy dispuesto a abrir un debate xD

¿Y si esta fuera la portada?

Todo el mundo está invitado a opinar

Antiguo prototipo de Adolfo y sus monstruos

Este es el prototipo a gran formato que presenté hace años como proyecto final de carrera, pero a día de hoy, no tiene nada que ver con el que se publicará. La portada era demasiado "insustancial" y el tamaño muy poco manejable. En cuanto al contenido, ha sido bastante ampliado, en textos e ilustraciones. La verdad es que mirandolo ahora, me parece un desastre, pero le tengo mucho cariño, porque es un ejemplar único que sólo yo tengo.

SoR CLarita en prOCeso

San PicaToste

Para los santos, encerrados en las iglesias, es como si no pasara el tiempo, así que cuando ven revistas actuales, se maravillan de los cambios que se han producido en el mundo. Y ponen caras muy divertidas.

boCetos de SoR cLArita

"nUNca oLViDAré LaS natILLAs dE sOR cLaRIta.....eS Un SoL"

El colatraste

Pero quizá, la mayor peculiaridad de ese grandioso animal era su cola, que tenía la apariencia del mástil de una guitarra, pero totalmente flexible. En seguida supe que la música procedía de él; era como una especie de ronroneo musical que esa criatura modulaba a su antojo con el movimiento de la cola.

-¿Aún no sabes de qué canción se trata?-me preguntó desde la distancia.

bocetos desechados

Maldicen mis sueños
con canciones extrañas,
que hablan de ratas,
serpientes y arañas

El monstruo mecánico tobogánico

Le contesté que no sabía como podría ayudarles, que solo era un niño.

-Yo te lo explico:-dijo el monstruo mecánico tobogánico- Habíamos planeado nuestra huida minuciosamente en el último “consejo de columpios sabios”. Acordamos dejar este parque lo antes posible, esta noche como muy tarde; pero entonces caímos en la cuenta de que estamos todos oxidados y desengrasados. Como ves, no somos tan sabios… En este estado no podemos ni movernos, así que figurate lo que nos costaría alcanzar la feria más cercana. Así es imposible…

Doña Pitraca, Guardiana de la séptima dinastía de detergentes y lejía

El trastero sin fondo está lleno de productos para la limpieza y cacharros que ya no se usan mucho, pero también sirve de escondite para otras cosas. Si hay alguien que realmente valora estos objetos, es Doña Pitraca, “Guardiana de la séptima dinastía de detergentes y lejía”. Para ella no existe nada más preciado en el mundo y debe cuidarlo con esmero porque algún día será su ajuar funerario... Pero antes debe pasar la prueba de la momificación.

Galápago de baño

-¿Escrito? ¿Dónde está escrito?-cada vez entendía menos...
-Eres un niño muy pesado Adolfo. Está escrito en las runas y en las pinturas rupestres de las cavernas inodóricas donde nacemos.

Adolfo

-Cuatro esquinitas
tiene mi cama
y cuatro monstruos
de noche me aguardan.

-Uno a mi izquierda,
con su forma de reír
siempre provoca
que me haga pipí.

-Dos a a mis pies

que me vigilan,

ellos no rien;

solo me miran.

-Es el de la derecha,
el que más me asusta.
Me habla a susurros;
Lo cual no me gusta.

-A veces me tocan

sus garras heladas

y un sudor frio

empapa mi almohada.

Pulgón de jardín

-¿No os da vergüenza?-les grité- ¡Os habéis puesto como vacas! Que poca fuerza de voluntad… (no hay nada más fácil que hacer sentir culpable a un pulgón)

-Tienes razón, pero en parte es culpa tuya, que nos has dado una carne deliciosa. Míranos ahora…todo un año de régimen echado a perder.

El pollo Braulio

Entonces se dio la vuelta y lo pude ver allí sentado, acariciando un centollo doméstico en su regazo. No era el conserje de siempre, este medía menos de medio metro, tenía un par de tentáculos en vez de brazos y de cintura para abajo era un pollo asado con huesos por patas. Me miró con su cara de abuelillo simpático y me dijo que esta situación no podía seguir así.